Lo primero
que me gustaría decir es que guardemos la calma. Hay que esperar los resultados
de estas elecciones generales con paciencia, mientras tanto reflexionemos. Como
peruanos ya hemos pasado por muchos problemas, unos peores que otros, pero
estamos aquí con pandemia y todo. Recordemos con amor y gratitud a quiénes han
partido a la casa de Dios, y también el hecho de que somos fuertes.
Nuestro
país es maravilloso, hagamos que sea mejor cada día.
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Foto: internet. |
Mi
profundo Perú
En
mi opinión, el primer lugar del profesor chotano José Pedro Castillo -mi abuelo
materno Gregorio fue de esa tierra- se debe a la decepción por las acciones de
las autoridades; el “Vacunagate” fue el colmo.
Se sabe
que Castillo tiene la simpatía de Conare y MOVADEF, brazos de Sendero Luminoso,
por lo que se supone que su ideología y trabajo de convencimiento han ido calando en la población
más olvidada del país.
De
otro lado, Keiko Fujimori, ha estado en 16 meses de prisión preventiva por
cuatro delitos, incluido el lavado de dinero para financiar sus campañas
electorales del 2011 y 2016 (dice ella que vendía rifas y cocteles). Su padre,
el expresidente Alberto Fujimori está preso por varios delitos cometidos en su dictatorial gobierno. Pero quizá
haya algo que ofende al cholo emprendedor, que Keiko no haya demostrado un
amplio CV. Ni una sola experiencia como administradora (profesión que aprendió
en el extranjero) o manejando una empresa. Ha sido congresista y ha
sacado adelante su partido.
¿Qué
se espera de la persona que pase a segunda vuelta con Castillo? Pues que haya aprendido
la lección, las de antes, las de hoy, las que le dan esos peruanos ocultos:
andinos trabajadores, costeños expertos en maromas para sobrevivir, selváticos
en búsqueda de una mejor vida.
Suerte
para Hernando de Soto y Rafael López Aliaga. Hablar de un gran frente democrático
puede ser, quizá para los siguientes días. Si no queda de otra, pues
contrapesemos el voto viciado o en blanco, la dignidad, la libertad, una economía liberal, la vida o
la muerte; somos libres de elegir. (A.A.V.)